lundi 14 janvier 2008

La Nacion habló con Uzcátegui, hijo, a quien busca la Interpol



La Interpol busca a Diego Uzcátegui, ex-VicePresidente de PDVSA y a su hijo Daniel por el Caso Antonini: Argentina les reclama. El diario La Nación consiguió ayer hablar con Uzcátegui hijo. Esto fue lo que hablaron.

Este es el reportaje del diario argentino:

“La valija no era mía. ¡Claro que no!”, exclama del otro lado del teléfono Daniel Uzcátegui Specht. Es el hijo del entonces vicepresidente de la petrolera estatal venezolana Pdvsa y presidente de su filial en la Argentina, Diego Uzcátegui Matheus, despedido por el presidente Hugo Chávez tras desatarse el escándalo.

Es, además, uno de los siete pasajeros que viajaron con Guido Antonini Wilson en aquel vuelo, contratado por la petrolera estatal argentina Enarsa, que llegó al Aeroparque el 4 de agosto pasado: aquel viaje de los 800.000 dólares hallados en una valija que, desde entonces, nadie asume como propia.

“No podría explicarte [eso] ahorita porque no tengo permiso de mis abogados”, se excusó Uzcátegui minutos después, ante una consulta de La Nacion. Sostuvo también que no está escondido, sino en Caracas, Venezuela, donde, dijo, todavía no recibió “ninguna citación” de la justicia argentina.

Una de las hipótesis de los investigadores es que el “maletero” de los US$ 800.000 no sería Antonini, sino otro pasajero de aquel vuelo. Con él, desde Caracas, viajaron Uzcátegui y tres funcionarios de Pdvsa: Nelly Cardozo Sánchez (asesora jurídica), Ruth Behrends Ramírez y Wilfredo Avila Driet (de Protocolo).

A ellos se sumaron los funcionarios argentinos que rentaron el jet privado: Claudio Uberti (mano derecha del ministro Julio De Vido para Venezuela); su secretaria, Victoria Bereziuk, y el presidente de Enarsa, Exequiel Espinosa, además de los pilotos Gerardo Sánchez y Daniel Pucciarelli.

Tanto en Caracas como en Buenos Aires, una sospecha apunta a Uzcátegui como el verdadero portador de los dólares. Pero esa posibilidad no sólo fue negada a La Nacion por el propio Uzcátegui, sino también por fuentes muy cercanas a Antonini ante la consulta de este diario. “No. Es mucho peor que eso y más complicado“, explicó, en una charla reciente, un familiar que habla con él todos los días.

Poco después llegó un mensaje. “Quiero que Hugo Alconada me contacte”, pidió un correo enviado desde una casilla de Internet al Servicio al Lector de LANACION.COM. “Es muy importante. Mi teléfono [ ] o mi e-mail [ ]. Sólo quiero hablar con él”, decía el texto.

LA NACION logró verificar que ese número de Venezuela era de Uzcátegui hijo, tras consultar con un amigo de él. El número le pertenece desde antes de aquella madrugada fatídica de agosto.

Este diario llamó entonces a ese número.

-¿Hola?

-Hola. Busco al señor Daniel Uzcátegui.

-Soy yo. ¿Con quién hablo?

La conversación se pierde en los minutos siguientes por la mala señal. LA NACION le pide a Uzcátegui que lo llame desde otro teléfono, uno fijo, para que se escuche mejor.

Llama tres minutos después. El número quedó registrado en el celular de este corresponsal. Tiene prefijo de Venecia, Italia.

-Hola. ¿Se escucha mejor? -pregunta Uzcátegui, al reanudar su diálogo con LA NACION.

-Sí. ¿Y usted me escucha?

-Sí. ¿Usted estuvo hablando con el “Gordo”?

-¿Con quién?

-Con Antonini.

-No le voy a decir con quién hablo o con quién dejo de hablar. Disculpe la franqueza, pero yo no hablo de eso; es parte de mi trabajo

-No… Sí, lo sé. Lo entiendo. Dígame de qué quiere hablarme.

-¿La maleta era suya?

-Es un tema delicado. No puedo hablar. Tengo que consultar con mis abogados.

-¿Entonces para qué estamos hablando?

-Es que estoy en contacto con el “Gordo”. Pero se imagina que no puedo hablar mientras el caso no esté cerrado.

-¿Dónde está usted: en Venezuela?

-Sí.

-Pues en la Argentina lo están buscando y dicen que usted está escondido.

-Es mentira que esté desaparecido. Estoy a la luz pública y no tengo nada que ocultar.

-Entonces, ¿la valija era suya?

-La valija no era mía. ¡Claro que no!

-Antonini me dijo que la valija no era de él; que él es inocente y que algún día todo se sabrá. Y un familiar de él me dijo que tampoco era de usted. ¿De quién era, entonces?

-No podría explicarle ahorita porque no tengo permiso de mis abogados. Pero esto se va a solucionar pronto. Yo estoy a la orden de los fiscales.

-Si es así, ¿por qué no va a la Argentina y declara ante la Justicia?

-No voy a la Argentina porque no me llegó ninguna citación.

-Pero es público y notorio que lo están buscando. Salió en los medios y usted debe de estar al tanto de eso

-No me llegó ninguna carta del fiscal.

-¿Dónde está: en Caracas?

-Sí, en Caracas. Pero si seguimos lo que dice la prensa, que acá es muy amarillista Todo lo que buscan es para dar más revueltas.

-Pues a mí lo único que me interesa es de quién era la maleta y a quién iba esa maleta. Quiero saber el origen y el destino de esos fondos.

-Déjeme que hable con mis abogados. Vamos a hablar esta noche. ¿Le parece?

-¿El número de donde me está llamando de dónde es? Empieza con el prefijo internacional 39 [Italia].

-No; es uno que le sale a usted, pero lo llamo de una línea privada de Venezuela. Hablemos esta noche.

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